Julián (Mariano Martínez), un joven peón de estancia, se reencuentra con Patricio (Rodrigo Guirao), el hijo del patrón y su gran amigo de la infancia. El paso del tiempo y estar frente a frente en el campo que los vió nacer, les hará darse cuenta que aquel afecto de niños se ha transformado en un sentimiento indomable.