Agradecido y exagerado, Tracy Morgan es dueño de su conjunto y aborda descaradamente temas como las citas en sus 50 años (junto con los efectos secundarios inesperados que conlleva), su familia disfuncional, el intento de revertir la gentrificación en Brooklyn y el accidente automovilístico muy público de 2014 que lo dejó con múltiples huesos rotos, una lesión cerebral traumática y un acuerdo sustancial.